Es incuestionable que los avances tecnológicos están propiciando una evolución constante y vertiginosa de la forma que tenemos de ver y actuar en el mundo. Sucede tanto a nivel personal como profesional. La cuestión es que estos avances ocupan cada vez mayor protagonismo en nuestras vidas y, como consecuencia, se hace imprescindible una reeducación que nos permita adaptarnos para poder afrontar con éxito todos estos nuevos cambios.
Como es obvio, el sector y por extensión, el gestor inmobiliario, no escapa a esta tendencia y, a pesar de que el factor humano aún no lo pueden ofrecer las máquinas, los más pesimistas afirman que la figura del asesor de inmobiliaria tal y como la conocemos tiende a desaparecer. Esta idea quizás resulte algo extrema, pero lo cierto es que sí se producirán cambios drásticos. En esa dirección apunta el auge de las “proptech”, que es la tecnología usada por las empresas para mejorar o reinventar cualquier tipo de servicio en el sector inmobiliario.
Ante este panorama, todo gestor inmobiliario que quiera seguir interviniendo activamente en el mercado inmobiliario, además de las que considero 11 características indispensables de un buen asesor inmobiliario, ha de tomar medidas y reinventarse. Lo más sensato es prepararse concienzudamente para garantizar que la trayectoria profesional del asesor de inmobiliaria vaya en paralelo al uso de las nuevas tendencias haciendo uso de las nuevas tecnologías y siguiendo muy de cerca los cambios que experimenta el sector, pero sin olvidar la estrecha relación de confianza que es necesaria crear para relacionarnos con los clientes.
En un futuro, que ya es prácticamente una realidad, los agentes inmobiliarios han de ir más allá de ser meros intermediarios en la compra/venta de inmuebles. El consumidor y el mercado han cambiado de tal forma que limitarte a “enseñar propiedades” y publicarlas en portales inmobiliarios ya no tiene una sólida razón de ser. La labor del gestor inmobiliario deberá estar estrechamente vinculada al uso de las nuevas tecnologías y esto significa que obligatoriamente hay que reinventarse.
Esta tarea no resulta nada fácil en un sector que durante muchísimos años ha actuado de la misma forma, pero hay que tener claro que, arriesgarse a asumir cambios y experimentar con la Tecnología de la Información es la única forma de sobrevivir en este complejo y a la vez competitivo sector.
De cara a un futuro (no muy lejano), para ejercer o hacerse agente inmobiliario habrá que conocer dónde se producirán los principales cambios estructurales:
No deja de ser un paradigma que un cambio radical en el mercado que tiene como objetivo simplificar el proceso de las actividades inmobiliarias traiga consigo una profunda desazón e incertidumbre entre los profesionales del sector.
No obstante, podríamos concluir afirmando que los agentes inmobiliarios del futuro han de ejercer su actividad profesional manteniendo una relación cercana, humana y de confianza con el cliente, pero a la vez, haciendo uso de la tecnología para potenciar y mejorar la comunicación, tanto con el cliente como con el mercado.